Cómo renunciar a un trabajo sin quedar mal
Cuando ingresamos a un trabajo, no solemos pensar en cómo será el día de la renuncia. Sin embargo, es un proceso que requiere de una adecuada gestión, a efectos de no generar daños innecesarios, tanto para nuestra carrera como para la organización que abandonamos. Guarda este documento para recurrir a él cuando lo necesites.
Por qué gestionar adecuadamente tu renuncia
Porque una renuncia mal ejecutada puede obstaculizar tu futuro laboral.
Porque el momento de la renuncia puede ser una situación estresante para ti.
Por empatía con las personas que quedarán en el lugar que dejas.
Seis recomendaciones para renunciar
Agradece. Haya sido buena la relación o no. Haya sido buena la experiencia o no, sé agradecido con la empresa, tanto por haberte contratado como por el tiempo compartido.
Ten otro trabajo donde aterrizar. A menos que cuentes con una renta que te permita vivir cómodamente sin trabajar, cuando renuncies ya deberías tener acordado el ingreso en otra empresa.
Avisa con 15 días de anticipación. Este es el plazo prudencial y estándar, que permite a la empresa organizarse frente a la partida de un colaborador.
Ofrécete para capacitar a quien quedará en tu cargo. Necesitarás instruir a tu reemplazo en la tareas que realizas. Sé un buen mentor.
Deja por escrito todo lo necesario. Procedimientos, nombres de proveedores y clientes clave, usuarios y contraseñas, lo que sea necesario, especifícalo con claridad.
Ponte a las órdenes para lo que puedan necesitar una vez te vayas. No cuesta nada atender una llamada y ayudar a destrabar una situación.
Otros puntos a tener en cuenta para la renuncia
Dependiendo del país, la carta de renuncia podrás ser manuscrita o mecanografiada. Asesórate con los administradores de tu empresa sobre el estilo apropiado.
Como lineamiento general, debe ser concisa y de menos de una página. Incluye una firma de tu puño y letra.
No quemes las naves cuando te vayas de un lugar donde has trabajado. Las compañeros y personas a cargo deberán dar referencias tuyas en el futuro.
Aunque las cartas de recomendación ya no tienen el peso de antes, sí lo tienen los testimonios que puedan dar de ti quienes trabajaron contigo.
Asegúrate de dejar una buena impresión. Despídete de colegas, clientes y proveedores de manera cordial y optimista.
Evita la arrogancia. Nunca sabemos cuándo necesitaremos de alguien. Sucede a menudo que quien se va de una empresa solicita luego su reincorporación.
Finalmente, no aproveches este momento para vomitar tus disconformidades durante el tiempo trabajado. Si no fueron receptivos antes, ¿por qué habrían de serlo ahora? Evítate un mal rato innecesario y mira hacia el futuro.