«Me parece mal que uno no pueda criticar a la empresa donde trabajó antes en la entrevista laboral. Uno debería tener derecho a expresar sus sentimientos», me escribieron en comentarios.

Dentro de la ley, todo se puede. Otra cosa es que sea conveniente.

Cuando hablamos mal de otros, no estamos proyectando la mejor imagen de nosotros mismos.

Aún cuando hayamos salido lastimados de una empresa, la entrevista laboral no es el lugar para procesar nuestra angustia. Para eso está la terapia. Y créeme, es dinero bien invertido.

La entrevista laboral es una instancia de evaluación: la empresa y el candidato están evaluándose mutuamente. Debemos mostrarnos maduros y actuar con sensatez.

Otra cosa es que un amigo te pregunte: «¿Qué tal se trabaja en esa empresa? ¿Me recomiendas que acepte lo que me ofrecen?»

Ahí le puedes contar tu experiencia, con el fin de ayudarlo a tomar la decisión que le convenga.

Pero en la entrevista laboral está en juego tu futuro, no el de la empresa que dejaste atrás. Estoy seguro de que tú vales mucho más.